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viernes, 1 de mayo de 2015

Cristo es Señor del Sábado, #Lucas

Para tener una conversación saludable en relación al valor y relevancia del sábado hoy, debemos reconocer su origen y los motivos de su creación.  En Génesis 1:1 asegura que “en el principio creó Dios los cielos y la tierra.”  Es el reconocimiento de nuestro origen que nos permite encontrar nuestro lugar en la vida y en la sociedad.  Por ello, Dios ejemplificó el uso de éste día apartado cuando: “bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3).  Su observancia no fue truncada al momento de entrar el pecado a la tierra.  Éxodo 16 presenta una evidencia de su observancia antes del Sinaí cuando Dios parece exclamar en frustración: “¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?” (v28).  Además, el reconocimiento de nuestro origen y adoración al creador son el parte aguas que determinan nuestra suerte en el juicio pre advenimiento: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7).

Evidentemente, Jesús no vino a revocar o restarle relevancia al sábado.  Antes bien, utilizó su ministerio para restituir los motivos originales de su observancia.  Lucas, más que nadie, podría haber sido el principal promotor de la abolición de su observancia, después de todo, era un gentil escribiendo tres décadas después de la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo.  Y sin embargo, Lucas presta especial atención eventos relevantes del ministerio de Jesucristo sucedidos en sábado.  Su primera referencia la encontramos en Lucas 4:16-30.  Allí, Jesús entra a la iglesia (sinagoga) en sábado y lee: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.”  Es justo en un día sábado, en la iglesia, donde Jesucristo presenta la plataforma de su ministerio: dar buenas nuevas, sanar, pregonar libertad, dar vista, poner en libertad y predicar.  El sábado abre, entonces, el espacio para hacer aún más palpable la promesa de restitución al ser humano.

La relación sábado-iglesia es también citada en el caso de un hombre con espíritu inmundo registrado en Lucas 4:31-37.  La cita encontrada en el libro Hechos de los apóstoles, página 11, arroja luz a esta dinámica: “Por débil e imperfecta que parezca, la iglesia es el objeto al cual Dios dedica en un sentido especial su suprema consideración. Es el escenario de su gracia, en el cual se deleita en revelar su poder para transformar los corazones” {HAp 11.1}.


Hoy, supongo, sigue siendo igual.  Por siglos los responsables de la vida religiosa del pueblo judío trataron, quiero pensar que por buenos motivos, de entender la frase “no hagas en él obra alguna” (Éxodo 20:10).  Evidentemente, la observancia del sábado comenzó a centrarse más en lo que no se debía hacer que en lo que se debía hacer.  Prohibiciones tales como el caminar cierta cantidad de pasos, no cargar más de cierto peso, no hacer mezclas y demás, sustituyeron las razones que Dios implantó para ese día.  Lucas hace referencia a conflictos entre Jesús y especialmente los fariseos y doctores de la ley, como en el caso donde los discípulos recogieron espigas en sábado, o los casos de actos de curación en ese día (Lucas 6:1-11 y 13:10-16).  De ser una delicia (Isaías 58:13-14), se convirtió en una carga.  Pero al revisar el cuarto mandamiento, uno encuentra una dinámica distinta.  Comienza diciendo: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8).  Ese es el motivo de la observancia de sábado, santificarlo.  Esa santificación se logra en la adoración a Dios (v10) y el servicio al prójimo, como Jesús lo explicó diciendo: “es lícito hacer el bien en los días de reposo” (Mateo 12:12).  Si prestamos atención, encontramos que el énfasis del mandamiento está en lo que hay que hacer el sábado, y no en lo que no hay que hacer.  Obviamente, para hacer unas cosas debemos dejar de hacer otras, pero el énfasis está en las oportunidades que ofrece el sábado, más allá de las prohibiciones.  Este día nos libera de los compromisos de supervivencia para operar en términos de trascendencia.

Es lícito hacer el bien en sábado

Audio programa, viernes 1 de mayo, 2015

miércoles, 29 de abril de 2015

jueves, 1 de agosto de 2013

El sabado - parte 3, Éxodo 20:8-11

Nos encontramos en un momento solemne que ha sido, en más de una ocasión, mal entendido.  Ya son dos meses y medio que Israel salió de Egipto, dos mese y medio experimentando la libertad.  Es el momento ideal, por consideración divina, para develar los límites del comportamiento humano en su relación con Dios, su verdadero libertador, y su relación con sus semejantes.

No son conceptos nuevos, el registro bíblico hace referencia a ellos antes del Sinaí, aunque no como conjunto.  La ley de Dios, que es eterna (Isaías 40:8), ha estado siempre accesible a a los hijos de Dios.  Sin embargo, Dios ve necesario ahora presentarlos en un formato de más fácil acceso al las presente condición del ser humano.

Dios verbalmente se comunica con el pueblo desde la cumbre del monte Sinaí y numera cada punto del pacto...  Si analizamos cada uno de esos mandamientos encontramos su valor dentro del plan de salvación como vehículos que definen relaciones, hombre-Dios, hombre-hombre.  No es difícil descifrar lo vital de no tener otros dioses, o no hacernos imágenes para adorar, o no matar o deshonrar a nuestros padres.  ¿Por qué, entonces, cuando pasamos por el cuarto, se requiere de una gran explicación para justificar su no observación?

Dios es consistente con lo que ha establecido comenzando con un: “Acuérdate..."  No es algo nuevo, sino algo ya establecido que el pueblo evidentemente ya conoce.  No se trata de santificar un día relevante a una etnia o cultura, sino a todo ser creado, “porque en seis días hizo Dios..."

La consistencia divina es palpable a través de la Biblia entera pues aún en Apocalipsis, en un contexto escatológico, cita nuevamente Génesis 2: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas," en Apocalipsis 14:7 (énfasis es mío).

La observancia del séptimo día tiene su origen confirmado en la creación, validado por Dios mismo para ser observado más allá de una cultura o religión, como una oportunidad para que el ser humano se recuerde de su origen y como tal defina la razón de ser de su existencia.  Para que su observancia cumpla con su objetivo, Dios apunta al ejemplo dado por él mismo en la creación cuando dice: “...y reposó en el séptimo día."  No fue una eventualidad, sino el establecimiento de una cita semanal, libre de distracciones, entre el creador y sus criaturas.

La siguiente cita es Nehemías 9:13,14

jueves, 25 de julio de 2013

El Sábado - Parte 2, Éxodo 16

Con sólo ver dónde se encuentra en la secuencia de eventos que constituye la historia del éxodo, fácilmente nos podemos dar cuenta de que estamos situados fuera del tiempo y lugar donde Dios comunicó verbalmente los Diez Mandamientos.

El pueblo de Israel se encuentra en el desierto de Sin con mucha hambre y frustración, cuestionando su salida de Egipto y añorando, increíblemente, los días de esclavitud.  Por indicación divina, Moisés comunica al pueblo cómo será satisfecha su necesidad y necedad.  A partir de las mañana siguiente Dios hará llover pan del cielo y así nuevamente confirmar su pacto con ellos.

Por motivos de nuestro estudio, nos concentramos en las indicaciones dadas par Dios a Moisés, y las de éste al pueblo, en contraste con la reacción del pueblo.  Dios le dijo a Moisés: 1) El pueblo saldrá cada mañana a recoger la porción de comida para el día cada mañana (v4).  2) Sólo el sexto día recogerán doble (v5).

Moisés comunica al pueblo sólo las primera indicación (v16), instrucción que algunos del pueblo siguieron.  Otros, en contra de la indicación divina, recogieron doble para guardarlo para el día siguiente, porción que crió gusanos causando hedor en el campamento.  Como es de suponer, Moisés se enojó (v20).

El sexto día, sin embargo, algunos recogieron doble porción sin indicación previa, deducido por la reacción de los príncipes de la congregación que con preocupación o molestia se lo hicieron saber a Moisés, y es en éste momento que se les comunica la segunda parte de la indicación de Dios haciendo referencia el día siguiente, el séptimo, como el día de reposo, santo y consagrado a Jehová (v23).

El séptimo día no hubo comida que recoger, día de reposo para Jehová (v25), para luego hacer una referencia a lo que sería el 4to mandamiento en la explicación siguiente encontrada en el versículo 26.

El séptimo día algunos salieron a recoger comida, evidentemente no se habían preparado el 6to día, causando la indignación, está vez, de Dios al decir: “¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?  Mirad que Jehová os dio el día de reposo..." (v28,29).
Si te das cuenta, cuando el pueblo desobedece las indicaciones en relación a la semana, Moisés se molesta.  Cuando la desobediencia es en relación al séptimo día, Dios es el que se molesta, haciendo referencia a mandamientos y leyes previos al Sinaí.
Como el texto evidencia, concluimos que: Hay evidencia bíblica de la observancia del séptimo día como día de reposo antes de Éxodo 20, donde se presentan los Diez Mandamientos.  Por tal motivo hacer referencia al Sinaí como inicio de su observancia es totalmente ajeno al registro bíblico.  Esta ley tiene un evidente comienzo previo al Sinaí, ¿será la creación?  Evidentemente sí.

El siguiente texto a ser analizado en esta serie será Éxodo 20:8-11

Recuerda que los comentarios y preguntas son bienvenidos.

jueves, 18 de julio de 2013

El Sábado - Parte 1, Génesis 2:1-3

En más de una oportunidad he sido cuestionado y desafiado, privada y públicamente, con respecto al valor del séptimo día, el sábado, como el día de adoración y reposo establecido por Dios para nuestros días.  Inclusive, en una de esas ocasiones, se me hizo la siguiente pregunta: ¿Crees que ella" refiriéndose a una de las personas presentes en la discusión bíblica, "se va a perder porque no guarda el sábado?

Más que contestar a una pregunta, me he propuesto compartir la opinión bíblica con respecto a esta doctrina a través de varios textos que permiten establecer los principios que la sostienen.  No pretendo compartir todos los textos y conceptos en un solo artículo, sino que me haré valer de varios artículos para ello, como una serie, discutiendo un pasaje por artículo.  Obviamente, como en cualquier otro artículo, eres bienvenido/a a compartir tu opinión o hacer una pregunta.

El texto en cuestión hoy es Génesis 2:1-3 que dice: "Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.  Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.  Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación."

La observancia del séptimo día como día especial de reposo no es el resultado arbitrario de las ideas de un pueblo o etnia para diferenciarse de entre otros pueblos y culturas.  De acuerdo al registro bíblico, el séptimo día surge unilateralmente por la iniciativa única y exclusiva de Dios como conclusión a la semana de su creación.  El hecho de que no sólo reposara en él, sino que intencional y enfáticamente lo bendijera y santificara como consecuencia de su reposo, hace del séptimo día un día superior a los demás como una oportunidad que permite la relación de la creación con su Dios.

El séptimo día es, por lo tanto, el resultado directo de Dios en la creación, por encima de cualquier pacto generado después de la entrada del pecado y la eliminación de este, que no es exclusivo a una etnia o un grupo religioso sino a toda obra pensante creada por Dios como un vínculo que permita el creado recordarse que es una creación de un creador.

*Nota: El siguiente texto que analizaremos será Éxodo 16