viernes, 30 de enero de 2015

Las bendiciones de los justos, #Proverbios 10-13

Salomón es insistente. No escatima en argumentos para convencernos de que el deseo humano de saciedad se satisface sólo dentro de las fronteras del gobierno de Dios, pues "la memoria del justo será bendita" (Proverbios 10:7). Dedica tiempo a presentar los diferentes escenarios de las consecuencias que deberemos enfrentar como resultado de nuestras acciones. Se resalta la sabiduría, la justicia, la diligencia, la sensatez, y se contrasta con la necedad, la maldad, la codicia, la negligencia, la indignidad y la impiedad (Proverbios 10:1-7).

A pesar de nuestra inclinación de constante y probada tendencia al mal (Romanos 3:23), Salomón no nos disculpa, sino que insiste en que somos bastante responsables de lo que hoy vivimos, y grandemente influyentes de nuestro destino. Aunque no sea siempre perceptible en primera instancia, cada quien cosecha lo que sembró (Gálatas 6:7), pues "tarde o temprano, el malo será castigado; mas la descendencia de los justos será librada" (Proverbios 11:21). Siendo que hacer lo correcto es una inversión a largo plazo, mientras que lo incorrecto trae resultados inmediatos (Proverbios 12:19), Salomón nos invita a reconocer en humildad nuestras limitaciones (Proverbios 11:2; 13:10 y 16), y a ser receptivos y seguir la instrucción (Proverbios 11:14; 12:1 y 15).

Dentro de los diferentes elementos que marcan nuestro destino, Salomón le da mucha importancia a lo que decimos. Para él, las palabras tienen la virtud o el defecto de generar paz o provocar el conflicto, al tiempo que definen la moral de quien las dice. Al respecto tiene mucho que decir: "Manantial de vida es la boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos" (Proverbios 10:11), "Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina... Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento" (Proverbios 12:19 y 22). Y es que en ésta dinámica de influencia mutua (Proverbios 13:20), tenemos también una responsabilidad mutua que nos permite asimilar los principios y valores del gobierno de Dios, demostrados a través del ministerio de Jesucristo. Hacer desviar la verdad y hacer errar al prójimo no es una falta liviana en los dominios divinos. Antes bien, es nuestra responsabilidad hacer uso de los diferentes recursos a los cuales tenemos acceso, siendo nuestras palabras uno de los más eficientes, para servir de guía a prójimo (Proverbios 12:26).

No hay comentarios: