Aunque solemos decir que "tenemos la verdad", en realidad, la verdad no es producto de nosotros por más que guardemos el sábado, evitemos alimentos perjudiciales, nos vistamos con decoro y entendamos el proceso del juicio investigador. Es importante reconocer que "la verdad" tiene su origen única y exclusivamente en Dios y no en el hombre, y quien define sus alcances y límites es Dios. Por tal motivo, es verdad que Dios diseñó el evangelio y discipulado en términos globales, con estrategias bien definidas para permitir y difundir la inclusión de "todo aquel que en el cree" (Juan 3:16; Isaías 56:7; Miqueas 4:1,2; Jonás 3:7-10)
Siendo Jesucristo mismo el clímax del esfuerzo consistente y sistemático de Dios para comunicarse con el hombre (Hebreos 1:1,2), demostró ser consistente con el diseño divino de la universalidad del plan de salvación. A pesar de encarnarse como judío (Gálatas 4:4) dentro de las condiciones socioculturales del pueblo judío, Jesús se mostró abierto y accesible a a todo el que deseaba acercarse, aunque tal individuo estuviese fuera de los estereotipos establecidos y aceptados.
El evangelio y discipulado tiene claras pretensiones de inclusión, pero por alguna razón pareciera que en actitud y acción, tal vez sin darnos cuenta, nos adueñamos de "la verdad" y, adaptada a nuestra cosmovisión individual o grupal (Jonás 4:1), la hacemos discapacitada para cumplir sus ambiciosos objetivos. La resistencia a la inclusión, y la tendencia a la exclusión (Juan 7:35; 8:48; 11:53; Lucas 10:27 al 37) son parte de nuestra naturaleza heredada por la inclusión del pecado a la raza humana. Es tal vez por ese motivo en que Dios insiste en evangelizar y discipular a través de nosotros, para que en el proceso nosotros también participemos del proceso de adquisición del espíritu del cielo (Hebreos 8:10) que permite nuestra salvación.
Ahora queda una pregunta muy importante. Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6), y también dijo: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:13,14). Evidentemente hay ciertos lineamientos que definen lo que es correcto y lo que no lo es, los parámetros de conducta y las condiciones de salvación. Es decir, aunque el evangelio es inclusivo, si hay ciertos elementos de exclusividad. Por otro lado, Jesús fue bastante fuerte al declarar: "Mas !!ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando" (Mateo 23:13).
La pregunta sería, ¿en qué aspectos es el evangelio inclusivo, y en que otros es exclusivo?
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