viernes, 7 de marzo de 2014

Discipular a las naciones

Aunque solemos decir que "tenemos la verdad", en realidad, la verdad no es producto de nosotros por más que guardemos el sábado, evitemos alimentos perjudiciales, nos vistamos con decoro y entendamos el proceso del juicio investigador.  Es importante reconocer que "la verdad" tiene su origen única y exclusivamente en Dios y no en el hombre, y quien define sus alcances y límites es Dios.  Por tal motivo, es verdad que Dios diseñó el evangelio y discipulado en términos globales, con estrategias bien definidas para permitir y difundir la inclusión de "todo aquel que en el cree" (Juan 3:16; Isaías 56:7; Miqueas 4:1,2; Jonás 3:7-10)

Siendo Jesucristo mismo el clímax del esfuerzo consistente y sistemático de Dios para comunicarse con el hombre (Hebreos 1:1,2), demostró ser consistente con el diseño divino de la universalidad del plan de salvación.  A pesar de encarnarse como judío (Gálatas 4:4) dentro de las condiciones socioculturales del pueblo judío, Jesús se mostró abierto y accesible a a todo el que deseaba acercarse, aunque tal individuo estuviese fuera de los estereotipos establecidos y aceptados.

El evangelio y discipulado tiene claras pretensiones de inclusión, pero por alguna razón pareciera que en actitud y acción, tal vez sin darnos cuenta, nos adueñamos de "la verdad" y, adaptada a nuestra cosmovisión individual o grupal (Jonás 4:1), la hacemos discapacitada para cumplir sus ambiciosos objetivos.  La resistencia a la inclusión, y la tendencia a la exclusión (Juan 7:35; 8:48; 11:53; Lucas 10:27 al 37) son parte de nuestra naturaleza heredada por la inclusión del pecado a la raza humana.  Es tal vez por ese motivo en que Dios insiste en evangelizar y discipular a través de nosotros, para que en el proceso nosotros también participemos del proceso de adquisición del espíritu del cielo (Hebreos 8:10) que permite nuestra salvación.

Ahora queda una pregunta muy importante.  Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6), y también dijo: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:13,14).  Evidentemente hay ciertos lineamientos que definen lo que es correcto y lo que no lo es, los parámetros de conducta y las condiciones de salvación.  Es decir, aunque el evangelio es inclusivo, si hay ciertos elementos de exclusividad.  Por otro lado, Jesús fue bastante fuerte al declarar: "Mas !!ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando" (Mateo 23:13).

La pregunta sería, ¿en qué aspectos es el evangelio inclusivo, y en que otros es exclusivo?

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