viernes, 3 de enero de 2014

Los discípulos y las Escrituras

Juan 5:39 es un versículo muy conocido y muy utilizado para dar el estudio bíblico en relación a la importancia del papel de la Biblia en nuestra salvación. El versículo dice de la siguiente manera:  "Escudriñad las Escrituras porque pensáis que en ellas tenéis la vida eterna.  Ellas son las que testifican de mí." Generalmente nos quedamos aquí, sin leer el siguiente versículo el cual es muy importante y que dice: "Sin embargo, no queréis venir a mí para tener vida eterna."

Siendo que hemos sido llamados a ser y a hacer discípulos, es necesario que entendamos el papel de las Escrituras en el proceso que Dios estableció para nuestra salvación.  Siguiendo el pensamiento de Juan 5:39 y 40, el conocimiento del mensaje bíblico es insuficiente si no hay discernimiento para saber y poderlo aplicar.  En los versículos citados, Jesús reconoce la iniciativa de los líderes religiosos judíos de hacer de las Escrituras el marca pautas del proceso de salvación, sin embargo, su esfuerzo se vio insuficiente al carecer de discernimiento para identificar la fuente de esa vida eterna.  La Biblia no es un fin, es un medio, un vehículo que nos define el marco de la salvación y nos lleva, como un tutor, a Jesucristo, el administrador y facilitador de la vida eterna.

En una parábola basada en historietas populares, Jesús establece el lugar de las Escrituras dentro de los diferentes medios a través de los cuales Dios puede y se manifiesta al ser humano.  En el diálogo entre el rico y Abrahán, éste último define: "Tienen a Moisés y a los Profetas.  Óiganlos a ellos."  Y más adelante concluye: "Si no oyen a Moisés y a los Profetas, tampoco se persuadirán, aunque se levante alguno de los muertos" (Lucas 5:29 y 31).  De acuerdo a Cristo, y secundado por el resto de los escritores bíblicos, por encima de cualquier manifestación observable, experiencial o sobrenatural, las Escrituras marcan y definen la voluntad de Dios.  Otro caso donde se resalta esta verdad es en el camino a Emaús, en Lucas 24:13-35 donde Cristo, ya resucitado, se acerca a un par de discípulos que regresan tristes y desanimados a su hogar.  En lugar de hacerles una revelación sobrenatural, Jesucristo los lleva "empezando desde Moisés y todos los profetas, les explicó lo que toda la Escritura decía de él."

En su ministerio, Cristo exaltó aún más el lugar de las Escrituras en el plan de salvación poniéndose el mismo a prueba bajo la lupa de un "escrito está".  No podía pasar desapercibido que las Escrituras autentican los eventos, ministerios y mensajes genuinos a la vez que marca el rumbo.  Los escritores bíblicos incluyen a Jesucristo en este escrutinio verificando su identidad histórica y profética a través de las Escrituras.

Bien dice el Salmo 119 en el versículo 105: "Lámpara es para mis pies tu Palabra, una luz en mi camino," a lo que Pablo añade que nos puede hacer sabios para la salvación, pues "toda Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar, reprender, enmendar e instruir en justicia" (2 Timoteo 3:15 y 16).

Que las Escrituras, en su totalidad, marque en rumbo de tu vida y te lleven humilde y vulnerable ante la presencia de Jesucristo quien es quien imparte la salvación y la vida eterna.

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