jueves, 15 de marzo de 2012

Dios como artista

De entre las cosas que poseo, tengo algunas de mucho valor, no monetario, pero sí sentimental.  Una de esas posesiones de gran valor es una cobija o frazada.  No es muy gruesa ni tampoco muy grande, lo cual podría justificar lo que representa para mí, y sin embargo la considero invaluable.  Esta cobija, de la que te hablo, fue un regalo que recibí en 1997, fue echa a mano por quien hoy es mi esposa.

Me encontré con una máxima de Publilio Siro, escritor latino de la antigua Roma del primer siglo antes de Cristo, que dice: "Todo vale lo que el comprador pagará por ello".  En otras palabras, el valor de las cosas es subjetivo, dependiente en su valor de la opinión de los interesados.

La Biblia me enseña que yo soy una obra de Dios "hecho a mano".  Según Génesis 1:26,27,31 y 2:7, Dios es el autor intelectual y físico de mi existencia, como también lo es de mi redención (Jeremías 18:3-10; Isaías 64:5-8; Salmo 51:10).  Siendo que la Biblia es clara que el corazón de Dios está detrás de lo que crea, el valor de mi persona descansa no sólo en quién me creo, sino también en quien me compró; que dicho sea de paso, fue la misma persona.  Es decir, a los ojos de Dios, la creación del hombre fue buena en gran manera, realidad que le define como de un valor muy elevado.  En la cruz, ese valor no sólo es ratificado, sino aumentado.  Si te pones a ver bien, en realidad, somos obras de arte de un valor infinito, por quien nos hizo, y por quien nos compró.

La Biblia habla de Dios como de un artista cuyos diseños que crea y dirige son bellos.  El santuario terrenal, que fue una sombra del celestial, fue diseñado y adornado como una obra de arte hermosa que apelaba al ojo humano (Éxodo 25:1-9; Hebreos 8:1-5).  Si eso era una sombra, ¿Cómo será el original?  Con razón dice Pablo que "cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Corintios 2:9).

Sin embargo, la capacidad artística de Dios no se limita a la arquitectura o escultura.  La Biblia testifica de la mano de Dios en la creación de la música y de su uso en la adoración que las cosas creadas le rinden.  La Biblia habla de instrumentos, salmos, tonos y actitudes en la ejecución de la música en relación con su adoración.  Es evidente que Dios intencionalmente añade un valor estético a la música para presentarla no sólo como tal, sino también con un valor artístico que glorifica no al ejecutor, sino al dador de la habilidad para ejecutar, pues dentro de este contexto, 1 Corintios 12 enseña que los dones no son de los individuos, sino de Dios dados a la iglesia.  Quien tiene el don de la música entiende que no es su don, es el don de Dios que le pertenece a la iglesia, por lo que el individuo se convierte en el canal a través del cual la iglesia disfruta de lo que es suyo.  El problema comienza cuando el individuo se adueña de un don que no le pertenece, y lo administra con espíritu egoísta.  Dios es el autor de la música, y es el creador de los seres humanos.  Tanto lo uno como lo otro es una obra de arte que glorifica al creador.

La Biblia también demuestra las habilidades divinas en la literatura pues la Biblia misma es una obra de arte. Al estudiar la Biblia uno encuentra esperanza a través de diferentes estilos literarios que refuerzan, una y otra vez, nuestro origen, razón de nuestra existencia y destino deseado.  Como lo podemos ver en himnos y poesía, como en prosa.  Revivimos el drama de los eventos sucedidos y somos envueltos en la narrativa de las historias compartidas.  De tanto en tanto observamos las magníficas pinturas creadas con palabras y que representan el conflicto cósmico entre el bien y el mal.

A pesar de vivir en un mundo donde pareciera que la hermosura de la creación de Dios es opacada por el dolor, la injusticia y/o la muerte, al vernos y analizar la complejidad de nuestros diferentes órganos, al obervar el balance de la naturaleza y la magnificencia del universo, no podemos menos que decir lo que dijo David en el Salmo 27:4, "Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo."

2 comentarios:

Bebo dijo...

Pastor, te acabamos de leer aca en la India, en el culto familiar para empezar el Sabado... un saludo y abrazos alla a su familia

Ismael dijo...

Hola, qué gusto saber de ti. Espero estés bien y saludos a la familia.

iach