La desobediencia de nuestros primeros padres
desencadena y nos hereda una serie de consecuencias siendo una de ellas la
entrega de nuestra voluntad (1 Juan 3:8; Juan 8:44) y nuestra capacidad de discernimiento
(Gén. 6:5; Jon. 4:11) al enemigo de Dios.
Desde entonces, nuestros pensamientos e ideas son imprecisas y partidarias
generando lógicas, actitudes y comportamientos que comprometen y pervierten nuestra
libertad e integridad (Mat. 15:3; Gén. 11:4).
Por eso Dios, en su Palabra, insiste en la importancia de que el ser
humano se disponga a una dinámica de búsqueda, investigación y experimentación que
lo lleve a un conocimiento personal de la verdad (Juan 8:32; White, 1946) y lo
proyecte de una vida de mera supervivencia a una vida de trascendencia (Salmo
119:105; Juan 3:16). Es necesario,
entonces, que nos despojamos de presuposiciones ignorantes que limitan y
obstaculizan un entendimiento apropiado y saludable de Dios (White, 1989) y un
servicio inteligente y eficiente a él y a nuestros semejantes (White, 1971). Jesucristo dijo que él había venido no sólo
para que tuviésemos vida, sino para que la tuviésemos en abundancia (Juan
10:10).
Aunque se pueden tener razone egoístas, la
investigación que proponen las Escrituras es siempre con la intención de amar a
Dios y al prójimo con todo lo que esto conlleve (Prov. 1:7; Mat. 22:37-40). Dándosenos ejemplos de tipos de investigación
(Taylor, 2015), el objetivo de Dios es que nuestras capacidades y conocimientos
sean utilizados siempre para “perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efe. 4:12).
Siendo que los “criterios seculares” para definir
lo que es verdad no garantizan “que algo sea verdad” (Taylor, 2015), Dios
indica: “¡A la ley y al testimonio! Si no dicen conforme a esto, es porque no
les ha amanecido” (Isa. 8:20), poniendo a las Escrituras como un punto sólido
de referencia, y Jesucristo añadiendo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida;
nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6), como la personificación de la
verdad y, a diferencia del razonamiento humano (Canale, 2011), planteándosenos
absolutos: “un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Efe. 4:5).
Antes que un limitador, la Biblia nos ofrece un
fundamento apropiado para el aprendizaje, e investigación, de todas las disciplinas (Cafferky, 2017),
pues “como medio de educación intelectual, la Biblia es más eficaz que
cualquier otro libro o que todos los demás libros juntos” (White, 2009: 112). En ningún momento Dios se ha mostrado pasivo
en generar condiciones apropiadas para la investigación (Heb. 1:1-2; White,
1946) y es nuestra responsabilidad y privilegio internarnos en su estudio pues “Dios
no domina nuestras mentes sin nuestro consentimiento” (White, 1955: 233).
Porque el tener los datos correctos no son
garantía de llegar a las conclusiones correctas (Juan 5:39-40), Dios le ofreció
a Josué una especia de fórmula que
sumado a su influencia lo llevaría de la ignorancia y confusión a un
entendimiento claro y un proceder correcto (Jos. 1:8). El primer elemento es traducido por algunas
versiones como: “Estudia este Libro de Instrucción constantemente,” (NLT)
haciendo referencia a la Biblia. A tal
estudio, la indicación añade que el investigador deberá dedicar tiempo a la
meditación y reflexión, para entonces hacer las aplicaciones apropiadas y
necesarias.
Referencias
Cafferky, M. (2017).
Scriptural foundations for academic disciplines: A biblical theme
approach. En The journal of Adventist Education, 1. Recuperado de: https://jae.adventist.org/en/2017.1.4
Canale,
F. (2011). ¿Epistemología bíblica para la investigación
adventista? Una propuesta de trabajo. En
Revista Apuntes Universitarios, 1(1), 119-141. doi:
http://dx.doi.org/10.17162/au.v0i1.10.g265
Taylor, J.
W. (2015, Febrero 6). Fundamento
bíblico para la investigación [Video file].
Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=DlqCqfHB5oc&t=7s
White, E. (1946).
Counsels to writers and editors. Nashville, TN: Southern Publishing
Association.
White,
E. (1955). El
deseado de todas las gentes. Pacific
Press.
White,
E. (1971). Consejo
para los maestros. Pacific Press.
White,
E. (1989). Consejos
sobre la salud. APIA.
White,
E. (2009). La
educación. APIA.
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